martes, 15 de julio de 2014

Coaching o Psicoterapia

Los procesos de Coaching no distan mucho de los Psicoterapéuticos, incluso, como postula Wolk, el coaching es un proceso terapéutico, aunque éste no sea  su último fin.

No se trata de saber cuál es mejor que otra, porque no existe un punto comparativo. Lo que existe son objetivos diferentes, aunque ambas compartan metodologías con similitudes y un fin común: generar un cambio.

Ambas prácticas usan la conversación como un instrumento de poder. Sin embargo la diferencia radica en que la psicoterapia, aunque trabaje con El Aquí y el Ahora (principio Gestalt)*, regresa a los discursos pasados e históricos para reesignificarlos en el presente.  Una de las grandes diferencias es que el coaching considera al otro como un observador  que puede ir moviéndose de perspectiva en cualquier momento que él lo decida, y no está condicionado por concientizar o solucionar el pasado.

El coaching ofrece certeza en resultados, supeditados a discursos que el mismo cliente (coachee) relata. Está condicionado al hacer porque sin hacer no hay ser. Por ello resulta un cambio transcendental, pues mientras la psicoterapia es más respetuosa del tiempo y del proceso de la persona (hasta que ella vaya logrando concientizar, irá generando cambios), el coaching, bajo el mismo escenario de respeto, reta, potencializa y esclarece el territorio para que logre  que se mueva de observador y actúe.

Por ello el coaching abre inicialmente un contrato, que bajo cierta óptica le ofrece mayor   precisión al proceso. La psicoterapia no puede establecer fechas, no hay tiempos precisos, esos los delimita el cliente.

La gran diferencia para saber qué elijo, es preguntarte ¿qué busco?

Reduzco la gran diferencia citando a Leonardo Wolk:Podríamos pensar el coaching como una aproximación a lo sintomático, mientras que la psicoterapia aborda conflictos, intentando observar más allá de los síntomas”.

Para saber cuál es el proceso que buscas, vale la pena analizar y cuestionarte los siguientes puntos:

1. ¿Tu estado emocional te permite ver claramente el panorama?

2. ¿Tu situación es concreta o muy difusa?

3. ¿Buscas resultados tangibles o tu intención es mejorar de manera general?

4. ¿Estás claro en las áreas de tu vida que está afectando la situación?

5. ¿Has tomado algún proceso, ya sea psicoterapéutico o de coaching? ¿Qué concluiste?


6. ¿Consideras significativa tu historia personal pasada (incluso infancia), para solucionar tu presente y proyectar tu futuro?

*Diferenciación con Psicoterapia Gestalt

Clau Jim
@creeryser

Diferenciación basada en Psicoterapia Gestalt

jueves, 3 de julio de 2014

¿Estás cumpliendo con tu palabra?


Se puede engañar a algunos todo el tiempo, y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”
Abraham Lincoln

Si te estás arruinando la vida, observa a detalle y verás que gran parte se resume a esto. ¿Estás cumpliendo con tu palabra o no? 
A veces ese incumplimiento de palabra es a otros, pero las más de las veces es un incumplimiento personal. Sí, a la persona  que solemos deberle más, es a nosotros mismos. La violación de los acuerdos, las promesas, los pactos, suelen ser personales.  Con el tiempo, nos debemos todo y llegamos a conclusiones de que la  vida es un fracaso, de que no me gusta quién soy o simplemente de que no he logrado nada. Claro, pendulando a victimizaciones, al fin irresponsables!

Nuestro éxito como personas está en relación directa con el  cumplimiento de nuestros compromisos. La promesa y su cumplimiento es la esencia de una conducta responsable.

A veces esa palabra se ha visto comprometida con los demás. Inventamos enormes  excusas para los incautos destinatarios, justificando el por qué rompimos nuestra palabra. Dicen por ahí que si no puedes mostrar resultados, vende excusas. Siempre hay culpables para la incompetencia: la vida, las circunstancias, el cosmos, la gente, el gobierno, la suerte, los padres, los hijos, la esposa, hay miles!. El deporte favorito de los faltos de palabra es inventar historias y claro, creérlas.

Cuando rompes y rompes tu  palabra, solo te desacreditas y  la espiral descendente continúa. Desconfías de ti y desconfían de ti. La palabra va de la mano con la honestidad de quiénes somos. Es no pretender ser y simplemente ser. Una persona que cumple la palabra es predecible porque es honesta y auténtica.

Cuando cumplimos la palabra dada, vamos acumulando cada vez más crédito para que la gente siga creyendo en nosotros. …..Cuando das la palabra y no la cumples, estás enviando simultáneamente dos mensajes: el primero es que los demás no importan lo suficiente para que hagas honor a tu palabra; y el segundo mensaje se refiere a la poca importancia que le das a la capacidad de hacer algo por los demás. En ambos casos, son subestimaciones. (Pág 67)

Una persona responsable da la palabra y la cumple sólo por el hecho de haberla dado.
Vale la pena saber cuál es la palabra que has dado hoy y que no has cumplido. Primero contigo y luego con los demás.

Clau Jim.

Fuente: ROSEN, Mario A. El undécimo mandamiento. No matarás tus sueños. Edición electrónica.

Extraída de: www.cocrear.com/libros.html

martes, 1 de julio de 2014

¿Qué quieres crear? ¿En qué quieres creer?

¿Sabes cómo empezar a generar un cambio más positivo en ti? ¿Quieres modificar algo en tu vida para mejorar? 
Para empezar a ser más positivos, soñadores y realizadores de sueños, hace falta alinear INTENCIÓN y ACCIÓN. En el camino habrá historias personales caducas que quieran sabotear el objetivo. Habrá personas, ideas, creencias, que se resistan a una mejoría tuya. Si estás dispuesto a llegar a donde quieres llegar, el camino podrá variar y sin duda tendrás que elegir entre hacer  más de lo mismo, o buscar nuevas alternativas.
Uno crea lo que cree.
¿Qué quieres crear? ¿En qué quieres creer?

Clau Jim